Tuberculosis porcina

Tuberculosis porcina

Tuberculosis en cerdos

Que es la Tuberculosis porcina

La Tuberculosis es una enfermedad infecciosa de curso típicamente crónico que afecta a los animales domésticos, silvestres y al hombre. Se caracteriza anatomopatológicamente por un granuloma específico con tendencia a la caseificación.  Es causada por bacterias clasificadas en el orden Actinomycetales, de la familia Micobacteriaceae, género  Mycobacterium.

Son bacilos que se caracterizan por ser inmóviles, aerobios estrictos, no esporulados, miden de 1,5 a 4 μm de largo por 0,3 a 0,5 μm de ancho, Gram positivos y todos poseen una propiedad tintorial particular: la Ácido-Alcohol Resistencia (AAR). Ésta última particularidad se basa en el alto contenido de lípidos que poseen las bacterias en la pared (ácidos micólicos) que le otorgan la propiedad de retener colorantes como carbolfucsina aún después del tratamiento con ácidos y alcohol.

La importancia de esta enfermedad en los animales domésticos se basa en el impacto económico negativo que ocasiona a la producción bovina y porcina debido a las pérdidas directas e indirectas y a las restricciones al comercio que imponen los países libres de la enfermedad. Merece una atención especial su carácter zoonótico, que permite la transmisión desde y hacia el humano.

En los países donde la tuberculosis bovina aún no ha sido erradicada, como en la República Argentina, el cerdo suele adquirir la infección con Mycobacterium bovis (M.bovis) del bovino por vía oral, a partir del consumo de leche y subproductos lácteos contaminados, es así como los niveles de prevalencia de la tuberculosis en porcinos reflejan habitualmente los registrados en la población bovina local y la disminución de la enfermedad en el ganado vacuno contribuye a reducir la infección en cerdos.

Considerando el impacto negativo que produce esta enfermedad tanto en la economía pecuaria como en la salud pública, Argentina implementó en 1999 el “Plan Nacional de Control y Erradicación de la Tuberculosis Bovina” (Resolución SENASA 115/99), consistente en la eliminación de los animales reactores a la prueba tuberculínica.

La Tuberculosis Porcina en el contexto del Plan Nacional de Control y erradicación, constituye un eslabón  intermedio en la cadena de transmisión de la tuberculosis bovina.  Es importante destacar que los porcinos pueden infectarse con M. tuberculosis cuando están en contacto con personas tuberculosas, o son alimentados con restos de comida de hospitales, restaurantes o de aviones. También son suceptibles al Mycobacterium avium (M. avium), que puede ser dividido en subespecies avium, hominissuis, paratuberculosis y silvaticum.

Son organismos oportunistas que se encuentran libremente en la naturaleza, y pueden ser aislados del agua, tierra, plantas, y pertenecen al M. avium-intracellulare complex (MAC), consideradas micobacterias “atípicas”. Los cerdos pueden infectarse al ser alimentados con restos de aves enfermas, al estar en contacto con ellas y/o sus deyecciones o con suelos contaminados. Algunas subespecies de M. avium son patógenos oportunistas para animales y el  hombre. Resulta interesante destacar que los porcinos pueden ser un importante vehículo de la tuberculosis humana por M.avium (M.avium subsp avium y M.avium subsp. hominissuis).

El complejo M.  avium-intracellulare es el bacilo más prevalente en los países libres de tuberculosis bovina, disminuyendo  su participación relativa en aquellos lugares en donde esta última enfermedad es endémica.  También se han aislado de lesiones granulomatosas M. fortuitum, M. chelonae y M. peregrinum.

Su infección es considerada incidental, porque son cepas con escasa transmisibilidad y virulencia, siendo su única importancia de tipo epidemiológica, debido a las falsas reacciones positivas que suelen ocasionar en individuos no infectados por la micobacterias patógenas. En la República Argentina el M.bovis es el principal responsable de la infección en los porcinos.

El 90% de las micobacterias aisladas de lesiones de apariencia tuberculosa fueron M.bovis y el 10% restante  M.avium. Ello muestra la relación epidemiológica de causa-efecto que existe en nuestro país entre la tuberculosis en bovinos y en suinos.

De acuerdo a la información difundida por el área estadística de la Dirección de Contralor del SENASA, la tasa de decomisos por tuberculosis en los establecimientos Faenadores de Porcinos fiscalizados por SENASA, sobre una faena promedio anual que oscila 1.5000.000 a 1.700.000 porcinos, para el período 969-2004 fluctúa en un rango de 8.4% a 0.6% respectivamente. En 2006, la faena total de porcinos fue 2.608.949 con 14.000 animales afectados de tuberculosis y 158.000 kilos decomisados.

Diagnóstico de la Tuberculosis porcina

• Diagnóstico clínico

Los cerdos afectados de Tuberculosis no presentan síntomas clínicos evidentes. Siendo la vía principal de infección la digestiva, son los ganglios retrofaríngeos y submaxilares los más frecuentemente afectados. En pocos casos puede presentarse tos, caquexia, infertilidad, diarrea, paresia y paraplejia de los miembros posteriores por caries óseas a nivel de los cuerpos vertebrales.

Lesiones

Las lesiones tuberculosas representan el prototipo de una inflamación crónica granulomatosa, la lesión inicial es microscópica y constituye lo que se llama el Folículo de Koster o granuloma tuberculoso.

• Diagnóstico bacteriológico de la Tuberculosis porcina

Toma de muestras

Las muestras de origen animal que se remiten al laboratorio bacteriológico para confirmar la sospecha de Tuberculosis son: linfonódulos, trozos de órganos y tejidos con lesiones (Pulmones, hígado, bazo, ovario, oviducto, útero, pleural parietal); pus de cavidades abierta; biopsias; secreciones, etc.)

– Directo

Consiste en realizar un extendido con el material sospechoso para realizar la coloración de Gram y Ziehl-Neelsen para ácido alcohol resistentes.

– Indirecto

Este método consiste en sembrar el material sospechoso en medios de cultivo sólido a base de huevo como el Löwenstein-Jensen, y el medio de Stonebrink.  La tipificación bacteriológica se realiza según tiempo y temperatura de desarrollo, características de las colonias, pruebas bioquímicas y enzimáticas convencionales.

• Diagnóstico histopatológico

Las muestras obtenidas son fijadas en formol al 10% y sometidas a un proceso de deshidratación, aclaración e inclusión para la preparación de los cortes histopatológicos, coloreados con hematoxilinaeosina y el método de Ziehl-Neelsen modificado para tejidos.

• Diagnóstico inmunoalérgico

Consiste en una reacción de hipersensibilidad retardada que se produce como consecuencia de la inoculación de tuberculina en el organismo de un animal enfermo.

• Diagnóstico por técnicas moleculares

– Reacción en Cadena de la Polimerasa
El diagnóstico molecular permite identificar y caracterizar organismos mediante el análisis de sus ácidos nucleicos. El método de identificación por excelencia es la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR).

– Técnicas de tipificación molecular

Spoligotyping

Entre los diversos métodos existentes para la tipificación de las micobacterias que integran el complejo  Mycobacterium tuberculosis, el Spoligotyping se destaca por su reproducibilidad, sencillez de realización e  interpretación. Mediante éste, no sólo es posible diferenciar las micobacterias que integran el complejo  Mycobacterium tuberculosis, sino que también es posible la diferenciación intraespecie.

– PRA

La identificación adecuada de las micobacterias “atípicas” puede realizarse por medio de la técnica de PRA (del inglés PCR-Restriction Fragment Length Polymorphism Analysis). Así, es también posible diferenciar el complejo  Mycobacterium tuberculosis del resto de las micobacterias que integran el género.

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