Manejo de cerdas primerizas

Manejo de cerdas Primerizas

Manejo de cerdas Primerizas

Requerimientos para Servir Primerizas

En la reproducción porcina un sistema comercial necesita tener un adecuado número de primerizas elegibles que estén listas para ser inseminadas y que pueden ser productivas dentro del rebaño hasta y 5 o mas partos.

Se debe disponer de un adecuado tamaño de multiplicación para abastecer el número requerido de primerizas elegibles. Esto es generalmente alrededor del 8% a 12% del inventario del rebaño de hembras comerciales y le permitirá a la granja lograr una tasa de reemplazo anual de 40% a 50%.

El comprometer los estándares de selección de primerizas resultará en una alta tasa de eliminación de hembras y pérdidas por muerte de hembras. Las primerizas elegibles deben cumplir con los requerimientos resumidos en la Tabla 1.

Manejo de la cerda primeriza

Consumo de alimento

Maximizar el consumo de alimento antes del primer servicio es esencial para asegurarse de que las primerizas crecerán y expresarán su potencial reproductivo para el tamaño de camada.

Cuando se limita o interrumpe el consumo de alimento, se puede comprometer el tamaño de camada en las cerdas. Se recomienda tener a las primerizas con alimentación ad-libitum (a libre acceso) desde que ellas son alojadas en el destete (lechones) hasta que son servidas. Por lo tanto, evite restringir el alimento mientras ellas están creciendo, pero particularmente en los 16+ días antes del servicio.

Lee Cual es el momento optimo para la inseminación de la cerda?

Como estimular una cerda primeriza

El manejo del lote de cerdas de levantes juega un papel trascendental en la granja porcina, constituyendo el capital mas importante ya que su incorrección implica la aparición de cerdas que aparentemente no entran en celo.

En condiciones ambientales idóneas, la hembra de reposición entra a celo cada 21 días, pero si existen cambios en el medio pueden aparecer modificaciones en el ciclo normal; por ejemplo, grandes cambios o estímulos, como el transporte o la mezcla de lotes, pueden provocar alteraciones dando fin a un celo y por lo tanto el comienzo de un nuevo ci­clo de 21 días.

Cuando tenemos un nuevo grupo de cerdas jóvenes, necesitamos crear un cambio, por lo debemos someterlas a una serie de estímulos aplicados al mismo tiempo.

Los estímulos deben tener efectos aditivos suficientes para provocar el inicio de un nuevo ciclo, lo que nos permitirá sincronizar mejor los grupos de cerdas jó­venes.

Reproducción de la cerdas

Si la serie de estímulos son dispersados en el tiempo, los efectos individuales son insuficientes para provocar el celo en las cerdas jóvenes, sirviendo exclusiva­mente para trastornar el ciclo.

Los estímulos normalmente empicados son:

  1. Aislamiento de las cerdas jóvenes durante el período de aclimatación seguido de una intensa exposición a signos, sonidos, olores y contacto físicos con los verracos.
  2. Mezclando, de forma que el estrés y los empujones que ocurren mientras el nuevo grupo establece su orden jerárquico actuarán como un estímulo.
  3. Cambiando el ambiente, al mover los animales desde diferentes edificios hasta el área de cubriciones y cambiando el programa de alimentación.

Procedimiento recomendado para exponer a las cerdas jóvenes:

1. La introducción de cerdas jóvenes se hace a través de 2 escenarios que no deben ser confundidos:

Primero está la introducción en la granja o unidad de reproductores desde las fuentes usadas pare obtener los animales de re­emplazo.

Después está la introducción en el rebaño de los reproductores con la exposición a los verracos.

Si la unidad es de las llamadas de ciclo ce­rrado (de parto a finalizacion), entonces las cerdas de reemplazo criadas en la propia granja o animales recién adquiridos pueden colocarse en corrales de fi­nalización para su período de aclimatación. Para unidades que producen lechones para cebadero se necesita un edificio de cuarentena separado.

2. La lntroducción de cerdas jóvenes tanto en la unidad como en el rebaño deben ser planeadas previamente:

En la unidad, la introducción debe realizarse regularmente, pero mante­niendo largos períodos de tiempo entre los envíos de animales. Eto es especialmente importante cuando los animales de reemplazo son suministra­dos por rebaños diferentes. Por todo esto Se recomiendan tres o cuatro envíos por año. con 3-4 meses de intervalo entre los mismos.

En el rebaño la mejor forma de llevarlo a cabo es seleccionando un pequeño grupo cada una o dos semanas de los animales enviados, después de haber sido aclimatados.

Estos grupos se introducen en el rebaño y pasan a formar parte del lote de cerdas jóvenes que deben ser expuestas al verraco. Si no se ponen en celo o no son apareadas después de un período determi­nado de tiempo, serán desechadas.

3. Una forma de realizar el cálculo de necesidades se basa en tener 35 cerdas jóvenes disponibles en el lote por cada cerda requerida por día para apareamiento.

Ejemplo: si necesitamos aparear 4 cerdas por semana entonces necesita­mos un lote de cerdas de 4/7 x 35 =20 cerdas jóvenes en el lote para estar seguros de que 4 se pongan en celo.

4. No mantener una cerda joven en el lote más de 4-6 semanas. Si las cerdas están sometidas a un correcto programa de estimulación para la introduc­ción en el rebaño, el patrón de cerdas en celo y dispuestas a aceptar al ve­rraco va a ser similar al siguiente ejemplo:

1. Semana: 40-60 por 100 del grupo
2. Semana: 20-30 por 100 del grupo
3. Semana: 20-30 por 100 del grupo
4. Semana: 0-10 por 100 del grupo

Por encima de la 4 semana, se desecharán el 0-10 por 100 del grupo.

Peso para servir a la primeriza

El peso corporal al primer servicio es el indicador más importante de elegibilidad. Refleja crecimiento y madurez corporal. El peso vivo óptimo al primer servicio es 300 a 320 libras (135 a 145 kg). Las primerizas comerciales generalmente alcanzan el peso corporal recomendado a los 200 días de edad.

Primerizas servidas con más de 320 lbs (145 Kgs) aumentan los costos de producción debido al alimento adicional, necesidades de instalaciones y de equipamiento y, también, a un mayor costo de alimento de mantenimiento durante la vida útil del animal.

Las hembras que tienen su primer servicio a las 350 lbs (160 Kgs) generalmente requieren 0.33 lb/d (0.15 Kg/d) adicionales de alimento de gestación que aquellas servidas a las 300 lbs (135 Kg).

Además, primerizas servidas a mayores pesos tienden a tener una vida productiva más corta en las granjas. Por otra parte, ellas son propensas a tener una caída en el desempeño de su segundo parto y/o tener un intervalo destete-a-servicio más largo.

La Ganancia Diaria de Peso o GDP (ADG, por sus siglas en inglés) durante su vida, desde el nacimiento hasta el primer servicio, ha emergido recientemente como un nuevo indicador clave. Permite que las primerizas sean servidas al peso y edad mencionados anteriormente.

El promedio de ganancia diaria ideal para primerizas de reemplazo es 1.5 a 1.7 lbs/día (680 a 771 g/d) y si es posible, evite servir primerizas con un promedio de ganancia diaria durante la vida útil sobre 1.8 lb/d (820 gr/d) y bajo 1.3 lb/d (590 gr/d). Ver Tabla 3 para una rápida referencia sobre la relación edad-a-peso de acuerdo a los diferentes escenarios de GDP durante su vida útil.

Cuando se usa un sistema de alimentación electrónico en hembras, es importante entrenar a las primerizas a la estación de alimentación tan pronto como sea posible. Después de haber sido completamente entrenada (usualmente 2 semanas) y se haya registrado un celo, llévela a jaula >16 días antes del servicio.

Cada sistema de producción tiene metas de producción específicas para sus primerizas entrantes. Se deben revisar completamente los protocolos de manejo y desempeño para determinar donde existen oportunidades de mejorar.

Para referencia vea la Tabla 4. Las metas generales deben ser usar procedimientos de manejo en primerizas para aumentar el número total de primerizas con ciclo de celo registrado, entendiendo los ciclos de celos en las primerizas para alcanzar con precisión las metas de montas y partos; lograr mayores nacidos vivos y cerdos por vida útil; mejorar la retención por paridad, decisiones rápidas sobre primerizas no-ciclando/noproductivas y reducir los costos generales de la entrada de primerizas.

Una vez que las primerizas entran a la granja de hembras, deben ser manejadas de manera tal que no se restrinja su potencial productivo. El consumo de alimento, la aclimatación a la jaula, la exposición al macho, el peso corporal al servicio, el peso corporal ganado en gestación y el manejo en la primera lactancia determinan el potencial productivo durante la vida útil de la hembra.

 

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